OFRANEH

ORGANIZACION FRATERNAL NEGRA HONDUREÑA

PUEBLO GARIFUNA

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A partir del arribo de los garifunas a la Isla de Roatán en 1797 y el posterior traslado a  Trujillo,  ciudad que había sido repoblada años atrás por el Intendente Ramón de Anguiano (1). Ya para el siglo XVIII, los Pech - población vernácula del caribe hondureño - habían abandonado la costa buscando refugio en las montañas y así evitar caer en la fauces de los miskitos, los que en aquel entonces protegidos por los británicos se dedicaban a la piratería y al trafico de esclavos a lo largo de la costa mesoamericanas.


Los garífunas en el albor del siglo XIX nos comenzamos a diseminar a lo largo de la costa - la que prácticamente era Terra Nullius - asentándonos en las desembocaduras de los ríos y esteros, dedicándonos a la pesca y agricultura de subsistencia. La participación de nuestro pueblo en un levantamiento en contra de las fuerzas de Francisco Morazán en 1830 y posteriormente en 1831, provocó una inmediata  diáspora, la cual cesó a partir de la amnistía decretada en 1841 por el General Ferrara (el mulato de hierro), permitiendo el retorno de los “sediciosos” a Honduras.  



La titulación de las comunidades garífunas se dio inicio en el año de 1887 cuando se recibió de manos del gobierno republicano el primer título ejidal a favor de la comunidad de los pueblos de Punta Icaco (Santa Fe), San Antonio y Guadalupe. A partir de esa fecha comienza el reconocimiento territorial de nuestro pueblo. A medida que las compañías bananeras se fueron estableciendo en la costa norte de Honduras, y el tendido férreo se fue extendiendo, las comunidades comenzaron a sufrir la pérdida de sus territorios los que pasaron a manos de las compañías extranjeras las que recibieron enormes extensiones de tierra a cambio de cada kilómetro de línea de  ferrocarril  establecido.


Nuestra presencia en Mesoamerica se ha ido sintiendo en la medida que la diáspora ha continuado a lo largo de la costa caribe. En la actualidad las comunidades garífuna se extienden desde  Dangriga Belice hasta la Fe y Orinoco en Nicaragua, sin que los Estados-Nación  nos hayan conferido ningún tipo de reconocimiento como pueblo transfronterizo.


El territorio está ligado a la preservación cultural. Es definitivo que si perdemos nuestros hábitats o lo dejamos atomizar nuestras comunidades - como pretende el Proyecto de Administración de Tierras de Honduras, PATH, y la Ley de Propiedad (2) - perderemos de forma definitiva nuestra cultura.


La OFRANEH presentó una petición ante el Panel de Inspección del Banco Mundial, para rectificar la posición asumida por Proyecto PATH y la creación de una instancia a partir del mencionado proyecto denominada Wadabula, en la cual se están respaldando político y empresarios para contribuir a la división del pueblo garífuna y consecuentemente permitir la individualización de la propiedad en las comunidades, las que sufrirán el efecto dominó en cuanto a las ventas de tierra, diluyendo de esta forma los territorios ancestrales.


Existe una tendencia en el istmo a  través de al Proyecto Mesoamerica (ex Plan Puebla Panamá) de apropiarse de los territorios de los pueblos indígenas y negros  y desplazar a las comunidades. Una gama de proyectos hidroeléctricos, turísticos,  de exploración y explotación de hidrocarburos, tendidos de redes de interconexión eléctricos y canales secos, vienen a cambiar los patrones de producción y dinámicas territoriales que vienen a afectar severamente a los 58 pueblos que habitan mesoamérica.


La mayoría de estos proyectos no han sido consultados con las comunidades locales y pueblos indígenas, afectando el futuro de los pueblos y su preservación cultural, siendo desdeñada la opinión de estos al declararlos enemigos del desarrollo e ignorando convenios internacionales y leyes nacionales que protegen al medio ambiente y a los derechos de los pueblos.


La lucha en defensa del territorio es para la OFRANEH una de las mayores preocupaciones que ocupa a nuestra organización y una de las metas primordiales. Sin territorio la cultura garífuna no tardará mucho tiempo en diluirse, convirtiendo a nuestro pueblo garífuna en simples afrodescendientes.


(1) Trujillo fue reducida a cenizas por los Ingleses provenientes de la Isla de Providencia en el año de 1641,como represalia a una incursión efectuada en contra de los asentamientos de puritanos establecidos en esaisla, los que fueron arrasados por una expedición armada proveniente desde Cartagena. Los españoles optaron por repoblar Trujillo a partir de 1770. El Intendente De Anguiano aceptó de buen agrado la presencia de los garífunas, como un comodín para frenar las incursiones de miskitos e ingleses asentados en el Río Sico


(2) La Ley de Propiedad en su artículo 100 admite la posibilidad de finiquitar los títulos comunitarios,situación que dará lugar a un efecto dominó en las ventas de la tierra comunitarias, creando un éxodo más para nuestro pueblo.

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