OFRANEH

ORGANIZACION FRATERNAL NEGRA HONDUREÑA

PUEBLO GARIFUNA


Honduras ha perdido más del 70 % de su reservas forestales, la cual en la mayoría de los casos contó con el apoyo de funcionarios estatales involucrados en la explotación del recurso forestal


Un estudio elaborado por la EIA (Enviromental Investigation Agency), por sus siglas en inglés) en el año 2005, saco a flote las inconsistencias que existen en el manejo del recursos forestal y las conexiones entre empresarios madereros y partidos políticos.  la corrupción imperante parece ser imposible de frenar, sino existen cambios de comportamiento que genere una ética entre la elite de poder, que se ha venido beneficiando económicamente del saqueo de los recursos.


El año pasado 2008 el Poder Legislativo emitió una nueva ley forestal, que no fue consultada en forma apropiada con los pueblos indígenas. La nueva Ley favorece el ecosidio, al impulsar que sean las municipalidades las encargadas de emitir las licencias de corte de madera, teniendo en cuenta la debilidad técnica de las UMA (Unidad Municipal Ambiental) y el factor de la corrupción


Los  pueblos indígenas de Honduras ha sido históricamente ignorarlos en la elaboración de las leyes que puede repercutir en cuanto el manejo y uso de sus hábitats. En el  proceso de redacción de la nueva ley forestal no se tomó en cuenta los derechos ancestrales de las comunidades y la protección que a través de un uso racional del bosque han venido brindado durante siglos.


La perdida del bosque primario en la costa norte y su rápida sustitución al principio del siglo pasado por cultivos extensivos a manos de las transnacionales fruteras, ha continuado en este siglo con la explosión de la palma africana, situación que ha tenido como resultado la desecación de una gran cantidad de humedales.


La desaparición de plantas vernáculas que protegían los bancos de los ríos ha generado  una multiplicación de las inundaciones. La guadua aculatea (Tarro), cubría enormes extensiones de los valles interiores del país y las orillas de los ríos. Esta paulatinamente fue destruida ante la supuesta amenaza de albergar ofidios, pretexto que fue utilizado por los ganaderos para incinerar la guadua.


Los bosques de coníferas que existían en la zonas aledañas a la comunidad de Limón, han sido pasto de los depredadores, y fueron utilizados como fuente de combustible por los frentes de colonización.


El cambio climático tendrá un efecto desbastador en la costa norte por los exiguos recursos forestales. El incremento de la temperatura y la disminución de los ciclos de lluvias que se prevé en las próximas décadas, conducirá a cambios drásticos en la vegetación de las cuencas hidrográficas donde quedan los remanentes de bosque tropical lluvioso.


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